ENFRENTARME A MI ENFERMEDAD, ESE “SER INVISIBLE”.

ENFRENTARME A MI ENFERMEDAD, ESE “SER INVISIBLE” .

Siempre había sido una persona muy activa, desde niña no sabía lo que era
hacer la siesta. Me encantaban las manualidades, luego la costura, hacer ejercicio,
era un “no parar”....
Trabajaba en una fábrica de confección, estudiaba por la noche, siempre de un
lado a otro, haciendo todo tipo de cosas, manualidades, pintaba mi casa, me hacía
toda la ropa......, y de pronto apareció aquel “ser invisible” que me empezó a
acompañar a todas horas y no me dejaba en paz, Mi cuerpo dejó de responderme, no
tenía ganas ni energía para hacer nada....
¿Qué me pasa? Me levantaba aún más cansada que cuando me acostaba, no
podía acabar las cosas que empezaba...mi situación estaba afectando ya a mi familia
y a todos los que me rodeaban. Mis hijos me veían triste, mis amigos, mis
compañeros de trabajo también... - ¿pero porque estas así? Con lo mal que está todo
y tú con trabajo fijo, que no te falta de nada y siempre quejándote!!!!!. Se reían
porque les decía que necesitaba unos zapatos con ruedas, pero, me levantaba con
las manos rígidas, entumecidas, no podía casi ni levantarme de la cama, me costaba
andar......Lo que no sabía era que ese “ser invisible” tan terrorífico me acompañaría
ya para siempre....
Por las circunstancias que me han tocado vivir, desde que murió mi madre no
he levantado cabeza,
me hundí, de pasar de una sensación de un cansancio ligero,
pasé a un agotamiento físico y anímico constante, contracturas aquí, allí, vértigos,
tendinitis...etc. etc. Y sobre todo una profunda tristeza que pensé que con el tiempo
se pasaría, pero no, ha sido mi compañera inseparable desde entonces. Y lo peor de
todo ha sido, la total incomprensión de quien más cerca tenía....
¿Cómo explico todo esto?, este agotamiento constante. Pienso solo en
descansar....., y eso me lleva a pensar otras cosas peores que me invitan a irme con
mi madre para descansar de verdad y para siempre. Y un día toqué fondo, me
abandoné, sentí que ya no podía más, me sentía tan triste, tan impotente.... porque
después de tanta lucha, de empezar de nuevo tantas veces, no lograba mejorar, y
me dejé ir....
Pero no, aquí sigo cargada a cuestas con mi “ser invisible”, aún no me
tocaba...y quien creí que estaría conmigo para siempre se perdió por mi
camino....Aún me quedan mis hijos, mi familia, mis grandes amigas y mi otra gran
familia mexicana que a pesar de estar al otro lado del mundo la siento a mi lado a
todas horas.....
A cada momento pienso ¿y si un día el dolor se alejara y si ese “ser invisible”
desapareciera? ¿Volvería a ser la de antes?...que sé yo, me gustaría tanto que esto
sucediera.....pero no, aquí sigue a todas horas, en todo momento. A veces por ratitos
me deja tranquila, pero al momento vuelve como como una sanguijuela pegada a mí.
Me siento como un perrito al que se le suelta la cuerda y corre al máximo y en el
momento de sentirse libre, un tirón lo devuelve a la realidad y la cuerda vuelve a
enrollarse entorno a la mano de su dueño, mi odiado “ser invisible” que no
desaparece jamás....
Sinceramente, a día de hoy aún me sigue avergonzando ir al médico, pues ya
no sé qué más le puedo decir, sigue diciendo es depresión y me envía al psiquiatra....
¿Fue la depresión quien me llevó a la fibromialgia....o fue al contrario?,
¿Consecuencia o causa? qué sé yo......
​  Llevo años de médico en médico, y cuando por fin, me diagnosticaron
hipotiroidismo con 18 años, todo eran alteraciones del sistema hormonal.¡¡¡¡¡. Ya
está, todo es por esta enfermedad. Pero...., si la analítica indica que está todo bien
controlado, ¿Por qué no estoy bien? ¿Por qué no mejoro?......
Y........ más médicos, tienes apnea me dice el neumólogo por eso duermes
mal, ponte este aparato y verás cómo todo va mejor. Meses después, el aparato no
hace nada, me duelen las mandíbulas mucho y el dentista me pone otro aparato en
la boca para dormir, un espectáculo por la noche verme prepararme para irme a la
cama....
Mis dolores no cesan y tengo que seguir adelante con mi vida, mi trabajo, mi
casa, mis hijos......Cuando me levanto por la mañana, pensar en enfrentarme a todo
eso, es como tratar de escalar una gran montaña, es agotador, si ya me levanto sin
ganas de vestirme, todo se me hace enorme y me cuesta trabajo solo pensar....pero
ahí voy, otro nuevo día al que enfrentarme.....sólo queda seguir adelante como se
pueda.....
A pesar de las circunstancias que me han tocado vivir, hay cosas en mi vida
que verdaderamente son importantes y por ellas merece la pena seguir adelante. Las
demás cosas han perdido toda importancia, no merecen la pena e intento dejarlas
atrás porque yo, ya no dependo de ellas como siempre había creído para seguir
adelante........

Testimonio de una enferma de fibromialgia y no sé, si de fatiga crónica, de Ciudad Real.